Dormir con él

Confiesa que dormirá conmigo hasta que tenga novia, mientras, aprovecho los años que me quedan para dormir toda la noche aplastada al borde de la cama, destapada y con sus piernas encima.
Confieso que dormiré con él todo el tiempo que pueda y mientras, aprovecha a cerrar sus ojos y descansar en mis brazos.

Duerme, mientras yo cuento sus hermosos lunares y sus largas pestañas.

Mini Cuento 3

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Llueve y parece que esta noche no tiene pensado parar. Es muy tarde y prefiere no mirar el reloj para no sacar la cuenta de las pocas horas que le quedan para dormir, de esa manera cree que no va a sentir tanto el cansancio cuando deba levantarse.
Recuerda la frase que me repitió mil veces esa tarde, «Un beso más y dejo irte». Bueno, no fueron mil veces, pero seguro unas cuantas, en el afán de retenerme un poco más. El tren salía en pocos minutos así que la despedida debería ser corta.
– Se va el tren, el próximo sale en 1 hora y ya no me da el tiempo.
– Tiempo, siempre nos falta tiempo.
– Nos sobró tiempo corazón, quizás no lo aprovechamos en lo que nos parecía importante.
No sabía si volvería a verme, esa sensación era constante cada vez que debía marcharme. Se quedaba en el andén viendo como el tren se alejaba, como yo me alejaba de él. Ese día fue distinto en su interior, la fuerza de la despedida era muy pesada. El tiempo le dio la razón, hoy hacía 2 años que no sabía más nada de mi, como si nunca hubiese existido.
De noche y sin sueño ese recuerdo vuelve a él una y otra vez, apoderándose del momento, apoderándose de él por completo. Intenta pensar en otra cosa mientras agarra su vaso favorito, dos hielos y una medida exagerada de Macallan, pero todo lo que piensa lo lleva indefectiblemente a mi y a ese maldito día. Me estaré volviendo loco?, se pregunta. Me pregunta.
Tomó más de lo que debía, se siente mareado y confundido. Apaga las luces y se recuesta en su sillón llegando a la vacía conclusión que de noche, irremediablemente, se sienten mas los recuerdos.

Mini Cuento 2

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Algo interrumpe su sueño, como si hubiese escuchado su nombre y sobresaltada ella vuelve a la realidad. Es de noche, todavía no se escuchan muchos colectivos, por lo que deben faltar algunas horas para que la alarma empiece a sonar.
Da vueltas en la cama, ninguna de las posiciones que siempre resultan ser cómodas y placenteras hoy lo son. La cama se siente ajena, las sábanas ásperas y el sueño lejano.
– Por qué me despierto a esta hora sin poder volverme a dormir?, se pregunta. Lo que ella no sabe es que el reloj interno no falla, tanto para hacernos despertar si ya es tarde y las obligaciones nos llaman, como también para avisarnos que el tiempo pasa, no te duermas. Despertate.

Mini cuento 1

timido1
Salía apurada porque ya era tarde, pero como suele pasarme muchas veces tuve que volver a casa porque me olvidaba cosas arriba de la mesa. A 10 segundos del cambio de semáforo corro para llegar a subir al colectivo. Siempre analizo donde sentarme, por una cuestión de seguridad y comodidad .
Con poca carga en el teléfono me dispongo a mirar a mi alrededor. Quizás intuyendo que de algo interesante iba a ser expectadora.
Su mirada timida y su sonrisa llamaron poderosamente mi atención.
Ella morocha, de rulos y con un peinado en alto que despertó mi envidia ante mi pelo lacio y llovido, hablaba enérgicamente, con firmeza y seguridad. El rubio y de ojos claros, amándola en cada gesto y en cada movimiento. Por momentos el bajaba su mirada y sonreía, por momentos se la devoraba con la mirada. La escuchaba atento, cada palabra, cada detalle, tratando de no dejar de darle charla, de evitar silencios incómodos, de que el colectivo haga alguna maniobra brusca para acercarse a ella. La morocha miraba hacia delante prestando atención al recorrido del colectivo. El rubio no dejaba de mirarla, de admirarla, esa es la palabra exacta, admiración. Mi papá una vez me dijo: Enamorate de alguien a quien admires. Este era uno de esos casos, sin dudas. Era uno de esos amores silenciosos de palabras pero cargados de miradas expresivas.
Llega el colectivo a Congreso y yo me bajo. Ella seguía concentrada en el viaje. El seguía concentrado en ella.